Si tuviera que definir mi experiencia con una palabra, yo lo definiría como extraordinaria.

El modelo de acompañamiento de cooperativa cooperativa aporta básicamente un lenguaje común.

Las cooperativas al final tenemos prácticamente los mismos retos y compartimos muchísimos de los problemas que tenemos, aunque pertenezcamos a dos industrias distintas o dos ambientes distintos.

Y este lenguaje en común ayuda muchísimo entendernos rápidamente. A la cooperativa, sobre todo la que recibe, le obliga a dedicar un tiempo a planificar su futuro, a definir que es lo que quiere ser, a donde quieres llegar y, sobre todo, a trazar un camino para llegar a esa meta.

Y al agripooler que va le permite conocer otro ambiente, abrir muchísimo sus miras, encontrar que algunos de los problemas que le parecían insolubles ya tienen solución y otro punto de vista que le amplia muchísimo el campo en el que puede trabajar.

Sin lugar a dudas el trabajo de acompañamiento es importante e interesante, pero el cooperativismo podría crecer inclusive un poquito más. Podríamos ir a integraciones de cooperativas, a apoyarlos directamente con sinergias comerciales e integradoras de las cooperativas, tanto españolas como de Latinoamérica, que nos permitan tener Cooperativa de mucho mayor volumen, que sean más residentes y que de alguna forma soporte mejor tanto los cambios climáticos, como político del entorno.